Donde Crecen, Caracteristicas E Importancia
Crecen
En ambientes de continuo movimiento del agua sean ésta salada de las costas del mar o en los lugares donde se unen los ríos de agua dulce con el mar, lugar que se conoce como desembocadura o estuario.
El mangle crece también en terrenos planos de arena o fango que de vez en cuando se inundan parcialmente de agua salada, dulce o una combinación de agua salada y dulce. Por tanto, el mangle es una planta bien tolerante que se adapta tanto a aguas saladas como a fuentes de agua dulce como las de un río o laguna. El mangle puede estar crecer en aguas bien saladas (hipersalinas) como en agua con poca sal.
Características de los mangles
Crecen y resisten ambientes con mucha sal y de poco oxigeno.
Tienen ramas apoyadas en muchas raíces aéreas (que están fuera o dentro del terreno).
Los manglares más productivos se desarrollan en estuarios con lodo (fango) fino con un alto contenido de materia orgánica.
Crecen en zonas calientes con una temperatura de más de 68 grados Farenheit, o sea, en zonas tropicales y subtropicales del mundo
Los manglares generalmente se desarrollan donde tienen protección contra las olas del mar y contra los vientos y las mareas fuertes.
Pueden respirar en terrenos con poco oxígeno.
Pueden filtrar la sal y botarla fuera de su sistema.
Importancia de los Manglares
Los manglares son unos de los ecosistemas biológicamente más productivos del planeta, la captura de carbono es alta y generan gran cantidad de materia orgánica misma que a la vez permite sostener una enorme cadena alimenticia en la que intervienen diversas especies de fauna y flora. Alrededor del manglar habitan gran cantidad de organismos acuáticos, anfibios, aves y terrestres; en ellos ocurren los estadíos juveniles de cientos de especies de peces, moluscos y crustáceos, por lo que determinan las pesquerías litorales y de la plataforma continental.
Funcionan como grandes reservorios de agua en las zonas costeras que permiten la recarga de acuíferos y evitan la salinización de las tierras de cultivo. Actúan también como filtros biológicos sedimentando el exceso de nutrientes, agroquímicos e incluso hidrocarburos, que traen las aguas continentales, por lo que bien se les ha considerado como los “riñones” del planeta.
También desempeñan una función clave en la protección de las costas contra la erosión provocado por el viento y el oleaje. Forman barreras naturales contra los huracanes, protegiendo los asentamientos humanos y zonas de cultivo y disminuyen los daños que provocan las inundaciones al retener suelos, disminuir la fuerza de las corrientes y dispersar el agua.
Situación actual.
El manglar es un ecosistema muy frágil, depende de la combinación natural de factores terrestres y marinos. Al ofrecer una gama de servicios ambientales y una riqueza en su entorno que lo hace muy codiciado para desarrollar actividades económicas, mucha de ellas no reguladas que han ocasionado su destrucción, destacando las granjas camaroneras, las marinas, los puertos y el desarrollo inmobiliario. También grandes superficies de manglar han sido afectadas drásticamente en forma indirecta por obras de infraestructura que han alterado los flujos hidrológicos (Tovilla, Ch. 2009).
Por esas y otras causas, el país pierde anualmente entre 1 y el 2.5 % de la superficie existente de manglares, la cual alcanza 665,667 hectáreas (CONABIO, 2008). Mientras que la UAM reportó que en Veracruz se perdieron alrededor de 202.0 Ha. de mangle de los años de 1990 al año 2000 por tala inmoderada; situación que ha obligado a pensar no solo que hacer para revestir este proceso, sino también en las medidas para detenerlo. Ambas acciones implican tareas complejas en distintos niveles y con muy diversos actores para la reforestación, rehabilitación y restauración de manglares (Ibídem).